LAs carreteras más impresionantes : Trollstigen y del Atlántico

Nuestra ruta por Noruega había llegado al octavo día. Habíamos dejado atrás joyas como Preikestolen, viajes en ferry increíbles o el tren de Flam. Era el momento de seguir subiendo por la costa oeste del país y descubrir todas sus maravillas. Después del ferry de Geiranger nos dirigimos a nuestro próximo destino, la carretera de Trollstigen.

Trollstigen

Nos esperaba un sinuoso recorrido con curvas de 180 grados en un descenso bastante pronunciado. Antes pudimos disfrutar de las vistas del mirador de Trollstigen. Una panorámica nos mostraba el valle por el que discurría la carretera.

Por desgracia llegó la tarde y las nubes hicieron acto de presencia. Las primeras gotas anunciaban el final de un soleado día y daban la bienvenida a una ventisca.

Llegamos al hotel de Elesund (Hotel Scandic Parken). Nos habían dado una habitación con vistas y la pared de cristal nos ofrecía el espectáculo de la tormenta asediando la ciudad. Decidimos cenar ligero e irnos a dormir temprano para aprovechar el día siguiente al máximo.

El desayuno en el Scandic Parken fue delicioso y corroboramos que sea uno de los motivos para alojarse en el hotel.

El día amaneció de la misma manera que había anochecido, con lluvias y fuertes vientos. Nuestra idea de subir al mirador de Alesund se disipaba a medida que nos preparábamos para salir a dar una vuelta.

No pudimos aguantar más de 10 minutos en la calle. El frío, el viento y la lluvia no invitaban a pasear por la ciudad. Decidimos seguir con la ruta, nos quedaba un buen trayecto hasta Trondheim si queríamos pasar por la carretera del Atlántico.

Noruega Trondheim

Al fin llegamos y a pesar del tiempo disfrutamos de los puentes y unas vistas increíbles. El mar estaba enfurecido y lo demostraba a través de fuertes olas chocando contra las piedras de la costa. Paramos en el mirador para apreciar la magnitud de la obra arquitectónica. No te pierdas el vídeo.

Con mejores ánimos nos encaminamos hacia Trondheim, las previsiones indicaban una tarde soleada. ¿ Que más podíamos pedir ?

Por suerte la ciudad nos recibió con sol y nubes bajas, el escenario perfecto para unas buenas fotografías. Localizamos el hotel para dejar nuestras maletas. El City Living Schøller es un hotel de tres estrellas con habitaciones espaciosas y situado en pleno centro de Trondheim.

Justo al lado del parking teníamos la catedral de Nidaros, una maravilla gótica que recordaba el antiguo nombre de la ciudad.

Paseamos por las calles hasta llegar al castillo situado en lo alto de una colina. Desde allí las vistas eran magníficas y podías apreciar la belleza de Trondheim en 360 grados.

Acabamos el día en un bar saboreando una cerveza artesana. Mañana nos esperaban muchas sorpresas y nuevos rincones por descubrir.

En el siguiente artículo visitaremos una de las iglesias de madera más antiguas de Noruega.