En España hay una gran variedad de miradores donde el fotógrafo puede disfrutar de la naturaleza o arquitectura. En el siguiente artículo hemos destacado cinco por sus características especiales.
Fotógrafo : Barcex
Cerro del Tío Pío de Madrid
En Madrid no se necesita ir hasta una azotea del centro de la ciudad para tener la mejor panorámica. Muchos quizás no lo sepan, pero en el barrio de Vallecas se encuentra el Cerro del Tío Pío, el famoso parque de las siete tetas.
Desde las siete colinas puedes disfrutar de un atardecer con la Sierra de Guadarrama de fondo y un cielo con reflejos anaranjados. Sin duda uno de los miradores más impresionantes.
También puedes disfrutar de grandes vistas desde el Palacio de Cibeles, las Torres del Eurostars o el Círculo de Bellas Artes.
Mirador Valle de Toledo
Uno de los edificios más emblemáticos del mundo es el Empire State en Nueva York, aunque desde éste no se pueda ver la Gran Manzana al completo. En España pasa lo mismo en los edificios más altos. Por esta razón recomendamos irnos un poco más lejos. En Toledo, por ejemplo, se encuentra uno de los miradores más espectaculares del río Tajo. Allí disfrutarás de la mejor perspectiva de la ciudad desde un entorno incomparable.
Fotógrafo : Carles Bruguera
Bunker Carmel de Barcelona
En Barcelona la mayoría de los miradores se orientan hacia el Este, de modo que en el fondo de la vista del horizonte deslumbre el mar Mediterráneo. Desde el Parque Güell hasta el Tibidabo, Barcelona ofrece una simétrica combinación de modernidad y romanticismo. Siempre hay algo que descubrir en la ciudad adornada por los azules del cielo y el mar.
En el barrio del Carmel se encuentra un antiguo búnker con unas vistas panorámicas de la ciudad. Tal ha sido el éxito de este lugar que el ayuntamiento se plantea cobrar entrada. Aprovecha y vive un atardecer de película.
El balcón del Mediterráneo de Benidorm
En Benidorm se ubica uno de los miradores más bonitos del mundo, es el Balcón del Mediterráneo. Fue utilizado como punto de defensa contra los piratas berberiscos y argelinos. Aunque desde allí no se vea la ciudad si ofrece una panorámica desde las playas de levante a las de poniente.
Mirador del Fraile de Salamanca
En Salamanca se encuentra la presa de Aldeadávila donde el Duero descansa en su frenético descenso. Siguiendo la carretera llegamos a lo alto de las rocas graníticas donde el Mirador del Fraile ofrece al espectador una caída de 500 metros. La unión entre naturaleza e ingeniería forman un paisaje perfecto y una delicia para los amantes de la fotografía.