Ninh Binh y Trang An, magia inesperada
Llegamos en tren des de Hanoi a Ninh Binh por la noche. La idea era visitar la zona el día siguiente para coger de nuevo un tren nocturno hasta Dong Hoi. Teníamos poco tiempo y mucho que visitar.
Los puntos de interés no están en la ciudad misma, que de por sí no es muy bonita, sino en los alrededores. Por esta razón primamos la funcionalidad y el aprovechamiento de cada hora para organizar nuestro tiempo. Escogimos el alojamiento más cercano a la estación de tren situado justo a la salida.
El Hotel Viet Nhat fue nuestra elección. Un hotel super sencillo regentado por una familia super atenta y amable. Muy económico (7€ por persona desayuno incluido y baño privado) y muy bien situado. También organizan visitas guiadas a los puntos de interés y tienen motos de alquiler.
Nuestra idea era alquilar dos motos por nuestra cuenta y recorrer la zona. La chica del hotel nos convenció para alquilar dos motos y contratar un guía para todo el día. El precio sorprendentemente no variaba mucho (25€ dos motos y el guía para todo el día). Nos pareció una buena idea para aprovechar mejor el tiempo. Y a la postre resultó ser perfecto. Nosotros teníamos claro un par de puntos a visitar, él nos recomendó un par más y las mejores horas para visitarlos. Nos llevó por caminos preciosos que nunca habríamos cogido por nuestra cuenta y nos llevó a comer a un sitió bastante bueno. Fue redondo.
¿Y vale la pena parar a Ninh Binh? Sin duda!! Primero fuimos a Trang An. Un espectacular paisaje de picos escarpados, acantilados verticales que se sumergen en el agua que recorre como una serpiente arrozales, templos y pagodas. Pasando en barca por cuevas casi sumergidas por completo, nosotros también nos sumergimos en la belleza del lugar, en el silencio escondido detrás de las exclamaciones de asombro de los visitantes.
Es sencillamente mágico. Salir de cada una de estas cuevas pasar de la oscuridad a la luz, como si fuera un escenario de teatro que de repente se ilumina. Ir descubriendo nuevas escenas de pagodas construidas a los pies de los imponentes picos de piedra caliza. Nos transportó a otros tiempos, en los que no existían los chalecos salvavidas ni los grupos de turistas. Sólo los peregrinos en busca de meditación y recogimiento. Visita obligada de 3 horas de duración.
Salimos del trance de Trang An y cogimos de nuevo las motos…que gozada ir en moto por esas carreteras! Recuerdo cuando llegamos a Hanoi el primer día de nuestro viaje. Al ver los miles de motociclistas pasando olímpicamente de las señales de tráfico, cruzándose unos a otros, madre mía! Me pareció la versión oriental de la ruleta rusa!
Al final entendimos que aquí la gente se comunica con la mirada para informar de que se va seguir recto, que se va a frenar, etc. Un método algo peligroso sobretodo si vas con gafas de sol como nosotros… Al principio el truco parecía mirada al infinito y no frenar. Hay leyes no escritas y sobretodo un sentido común que no llegamos a descifrar. Lo importante es que aquí seguimos y que a ellos les funciona, no vimos ni un percance ni accidente en todo el viaje.
Despues de comer fuimos a Chua Bai Dinh, un sitio que no hubiésemos visitado a no ser por el guía. Es extraño que nos pasara por alto como punto de interés porque se trata un magnífico grupo de 7 templos budistas construidos a lo largo de un pequeño montecito coronado por una espectacular torre de 15 pisos. Todo cuidado hasta el último detalle.
Aquí pudimos grabar unas magníficas imágenes con el dron que ayudan a ver el precioso enclave de este grupo de templos. Disfrutamos en este sitio durante 2 horas. Fuimos un poquito más rápido de lo que nos hubiese gustado ya que antes que se hiciera oscuro queríamos ir a contemplar las vistas des de la escalinata de Huang Mua.
Así que nos dirigimos a nuestro último punto a visitar, Huan Mua. Una escalinata que sube a lo alto de un mirador y que recompensa el pequeño esfuerzo con unas vistas tremendas de las montañas escarpadas rodeadas por campos de arroz. Sin duda fue el broche a un día fantástico que nos dejó huella. Ninh Binh nos sorprendió gratamente.
Felices por haber visto todo lo que queríamos y más. Nos despedimos de nuestro fantástico guía y compañero de jornada Hom y cogimos un tren más para viajar de noche a Dong Hoi.