Hoi An es el pueblo más bonito de Vietnam
Será por las calles del casco antiguo de Hoi An. O por las influencias chinas y francesas en su arquitectura. También por los puestos de artesanos. Por su gastronomía o por sus playas, pero esta pequeña ciudad patrimonio de la humanidad atrapa de día y de noche.
Llegamos a Hoi An en autobús des de Phong Nha. Nos alojamos en Quynh Chau Homestay. Un pequeño hostal situado cerca del casco antiguo en una zona tranquila. Muy recomendable por su situación , tranquilidad y precio (habitación doble con baño y desayuno incluido 20€). Pasamos tres noches, y si no fuese porque ya teníamos los billetes de avión a Siem Reap, nos hubiésemos quedado algún día más.
Es cierto que es un destino muy turístico pero en las fechas que fuimos no nos pareció nada exagerado. También es verdad que en Noviembre, en el centro de Vietnam las lluvias son muy intensas, y no es temporada alta. Nosotros llegamos con mucha lluvia. Pero por suerte sólo fueron unas horas y los días siguientes brilló el sol y nos permitió disfrutar de la playa un par de días.
Como he dicho los atractivos de Hoi An son muchos. El casco antiguo, situado al lado del río, concentra la mayoría de ellos. De hecho pasear por sus calles es para mi el principal atractivo. Sus calles están ornamentadas con fanales de tela que también se pueden comprar en algunos puestos de artesanos. Las casas de estilo colonial albergan puestos de artesanía, museos, templos, y restaurantes. También hay un buen número de pequeñas pagodas muy bonitas. Especialmente bonito resulta cuando cae la noche y todos los fanales se encienden. Por cierto, increíble como aguantan estos fanales a pesar de las lluvias que caen en la ciudad!
Mención aparte merece la gastronomía de la ciudad, sin duda la más variada y buena que encontramos en todo nuestro viaje por Vietnam. Mi hermano y yo disfrutamos muchísimo de la comida en Hoi An. Quiero hacer tres recomendaciones. El mejor sitio para comer en Hoi An para mi es el mercado central. Hay varios puestos de comida en el interior del edificio. Por sabores, autenticidad y precio. Aquí se pueden comer varias especialidades típicas de Hoi An, entre ellas el plato White Roses, que son unos raviolis de pasta de arroz rellenas de gambas y carne de cerdo que son un vicio. Otra experiencia gastronómica inolvidable fue comer una mariscada. A primera línea de mar en la playa de An Bang en el restaurante Nam Gia, calidad-precio buenísima por lo que nos metimos entre pecho y espalda (20€ por persona).
Y como última recomendación, en Hoi An tienen restaurante algunos de los cocineros más conocidos del país. Estos restaurantes son más acordes a los estandartes de calidad y servicio europeos. Más para esos turistas que les da cosa sentarse a comer en los sitios donde comen los locales. En general no recomiendo esos sitios porque pagas cuatro veces más por comer lo mismo que lo que comerías en los puestos del mercado. Aun así, si se quiere descansar de las mesas bajas, de los puestos de comida callejera, y se quiere comer cocina vietnamita más elaborada y con influencias francesas, recomiendo el Mango Mango, muy bueno.
Y a nivel fotográfico, sus calles llenas de detalles tienen muchas posibilidades. Pero yo disfrute especialmente la última noche que pasamos allí. Mi hermano se fue a dormir la mona al hostal y cogí la cámara y salí a dar una vuelta por sus calles. Ya con menos gente, con los comercios y restaurantes cerrando, me lo pasé de lo lindo haciendo fotos con con el xf16mm f1.4. Un objetivo fantástico de Fuji para callejear de noche, disparando sin trípode gracias a su velocidad. Sus calles llenas de fanales encendidos dan mucho juego.
Sin duda, en vuestra ruta por Vietnam, tenéis que hacer un hueco para disfrutar de esta maravillosa ciudad.