De ruta por Noruega : Parte Oeste
Después de los cuatro primeros días en Noruega llegaba el momento de los fiordos. Habíamos recorrido el sur del país y disfrutado de las magníficas vistas desde la cima de Preikestolen.
El día amaneció como nos temíamos, con lluvia. Nuestra próxima parada era Bergen, la ciudad de Europa donde llueve más días al año. Nuestras expectativas sobre el día habían bajado drásticamente. Nos sentamos en el coche e iniciamos la ruta esperando un cambio climático.
Llegamos a Bergen y de repente el sol empezaba a asomarse entre las nubes. Aprovechamos para dejar nuestras cosas en el apartamento y visitar la ciudad.
El casco antiguo, conocido como Bryggen, estaba formado por un grupo de coloridas casas de madera llenas de comercios.
Decidimos subir al mirador para ver las siete colinas y los siete fiordos que rodean Bergen. El trayecto en el funicular (Fløibanen) nos dejó hipnotizados por las vistas. La cámara no descansó ni un momento.
Después del paseo nos entró hambre y decidimos probar la comida del mercado de pescado. Después de mirar en varios puestos nos decantamos por uno con una amplia oferta de pescados y mariscos.
Una vez sentados nos dimos cuenta que todos éramos turistas y al probar la comida entendimos el porqué. La comida era regular y el precio era realmente elevado (155 euros por 4 platos para 4 personas).
Salimos hacia Voss donde pasaríamos la noche. Disfrutamos de una estancia en una casa de madera con unas vistas espectaculares. Después de una buena cena caímos rendidos por el cansancio.
A la mañana siguiente iniciamos la ruta hacia nuestro próximo destino, el fiordo Sognefjord. En Gudvangen dejamos el coche para ir con el ferry hasta Flam.
Descubrimos durante dos horas unos parajes inolvidables y pueblecitos con un encanto especial.
La travesía fue otra gran sorpresa, nos dimos cuenta que Noruega esconde maravillas en cada rincón de sus paisajes.
En este caso vale más una imagen que mil palabras, así que os recomendamos ver el vídeo. El día no había acabado aún, faltaban por descubrir muchos lugares y la lluvia había desaparecido. ¿ Qué más se puede pedir ?